Las opiniones desafinan entre sí como ese señor cantando un tema de Joe Cocker. En ocasiones nos gusta lo que rechazan los críticos. Otras veces, detestamos lo que veneran. Un crítico es aquel que te cuenta el truco de magia, sí. Lo desvela y lo desmenuza, pero también te ayuda a ver la película de otra manera, te guste o no. El caso es despertar emociones. Lo importante es cómo te lo cuentan. Te enseñan a transmitir esa impresión, no a que estés de acuerdo con ella. Por eso el arte existe y persiste, porque cada uno lo interpreta de una manera. El debate será eterno.
¿Por qué clásicos como 'Psicosis' o 'El Resplandor' no fueron valorados en su día por los críticos una vez se estrenaron? Por otro lado, títulos tan vilipendiados como 'La amenaza fantasma' fueron defendidos por críticos de renombre. ¡Anda, si va a ser que los críticos también son personas! ¿De verdad se equivocan? Pues sí, ellos también pueden ser persuadidos por la viveza que puede inocular una película en el momento de verla.
Entonces, si los críticos respiran como nosotros, ¿por qué difieren tanto nuestras opiniones frente a las suyas? Quizá el hartazgo tenga mucho que ver. Como espectadores, nosotros escogemos qué películas queremos ver. Si una nos parece mala, la quitamos y punto. Los críticos no pueden permitírselo si quieren cobrar y trabajar honradamente. Tienen que tragarse lo bueno y, sobre todo, lo malo. Ver tantas películas de golpe provoca una distorsión mental que te conduce a detectar rápidamente los clichés, aunque estén colocados de forma premeditada. En ese sentido, hay películas pensadas para las masas y no para los críticos. Esa mayoría no está acostumbrada a repeticiones aborrecedoras, ya que no ven cinco o seis películas por semana como los críticos. De todos modos, hoy en día las masas se nutren de más audiovisual, lo que les lleva a cansarse del mismo modo ante esos efectismos reconocibles. Muchos los cogemos enseguida: coros épicos, abuso de la cámara lenta, explosiones exageradas...
Todavía podemos avistar críticos en algunas partes, aunque ya no tanto en medios convencionales. Ese nicho ha sido cubierto por Internet. Pero antes de promover a aquellos críticos que se mueven por la red, me gustaría recordar dos ejemplos de personalidades tan arrolladoras como la vehemencia que sentían por el cine.
Siskel y Ebert podrían resultar los críticos de cine más famosos de la historia. En 1975, la cadena PBS quiso programar por primera vez en televisión a dos personas discutiendo sobre películas. Antes se entendía la crítica cinematográfica en el medio con un único cronista que parafraseaba la columna del periódico o la revista donde escribía, sin muchos más alicientes. Gene Siskel y Roger Ebert pasaron de palabras artificiosas y se dispusieron a hablar de cine como harían dos amigos en un bar. No siempre estaban de acuerdo y ahí es cuando surgía el espectáculo.
Siskel & Ebert. |
En España tuvimos a Carlos Pumares. Si hablamos de esta figura, más bien nos inclinamos hacia la antítesis del entusiasmo visceral que destilaban Siskel y Ebert, pero manteniendo un estilo igual de llamativo. Pumares presentaba 'Polvo de estrellas' en las madrugadas de la desparecida Antena 3 Radio. Su espacio consistía en atender las consultas cinéfilas de oyentes que llamaban en directo, intercalándolas con temas musicales que traía en una bolsa de El Corte Inglés.
La gente quería hablar con él por la misma razón que un friki contemporáneo teclea sus intereses en Google. Pumares era una enciclopedia cinematográfica para insomnes, aunque su falta de condescendencia con los que se situaban al otro lado del teléfono selló un estilo poco académico. Ese espíritu gamberro fue su mayor atractivo. El cascarrabias se ganó a la gente. A veces, se limitaba a contestar: "Esa película es floja", "Obra maestra", "Entretenida", "Se deja ver"... Otras, se lució desgranando el monolito de '2001: Una odisea en el espacio', las sinfonías de Walt Disney y la secuencia final de 'Centauros del desierto'. 'Polvo de Estrellas' era imprevisible en el mejor de los sentidos, como una buena película.
Carlos Pumares, en Antena 3 Radio. |
La panda de 'Todopoderosos' ha captado muy bien la esencia del podcast pensando en el público que los consume, no tan aficionado a sintonizar medios convencionales. Un buen podcast no es un programa de FM colgado en Internet, sino una panda de colgados pasándolo bien, hablando de lo que les gusta. Esta cuadrilla pensó que la audiencia podría disfrutar igual que ellos, inmersos en cine. No han tratado de aplicar fórmulas o trucos de expresión, sino de ser ellos mismos.
De hecho, estos programas no se plasman en ningún guion. La improvisación brota a base de tablas, del talento de cuatro amigos con roles muy bien definidos. Juan Gómez Jurado es el marisabidillo cargado de detalles que nos permiten entender mejor las claves de una película; Rodrigo Cortés un documentado aventurero del cine; Javier Cansado un cachondo mental que desengrasa la acumulación de datos y Arturo González Campos un director de orquesta al que le debemos la buena armonía.
Lo más difícil en una tertulia es no pisar a quien tiene la palabra. En 'Todopoderosos' se respeta el turno de cada hablante con total altruismo. Ninguna explicación o chascarrillo va a caer en saco roto, sin contar con la réplica del sabihondo o del payaso de la clase. Estos papeles se nutren de unos a otros y, por supuesto, muchas veces es Arturo González Campos quien introduce una curiosidad de la película o es Juan Gómez Jurado quien remata un comentario con un chiste.
En 'Todopoderosos', el tema central se impregna de muchas inflexiones de humor. En un mismo programa comentan Batman y 'La gallina Cocoguagua'; o hacen un alto en la filmografía de Woody Allen para hablar del sugus de piña. Ghibli y los Miguelitos de la Roda, 'Harry Potter' y el puente de Talavera, Billy Wilder y la merienda cena... así todo.
'Todopoderosos', arrasando en el Espacio Fundación Telefónica. |
'Cinemascopazo' rescata y reinventa la concepción del cinefórum al situar los debates sobre películas en plataformas online. Su esencia mana del humor y el análisis que caracteriza a 'Todopoderosos'. Ambos espacios aglutinan a un cúmulo de seguidores que agotan las entradas en cuestión de minutos para presenciar su grabación. Como ellos dicen, son "bastante gratis".
Si simpatizas con estos nuevos cineclubs, hay que manifestarlo para que se siga invirtiendo en ellos. Que te inviten a ver una película y luego a echarte unas risas mientras la comentan es un regalo literal. Compartir esta experiencia en las redes sociales es la manera más rápida y sencilla de recordar que estas iniciativas refrescan la industria del séptimo arte.
'Todopoderosos' y 'Cinemascopazo' aglutinan la intensidad de Siskel y Ebert' junto a la ironía y la riqueza enciclopédica de Carlos Pumares. Programas míticos y respetables como 'La clave' o '¡Qué grande es el cine!' también trataban de compartir sus reflexiones y divulgar la riqueza del cine, pero faltaba campechanía. Esa espontaneidad la ha devuelto 'Todopoderosos'.
Sus ediciones duran una hora o dos. Sin embargo, éstas se podrían segmentar perfectamente en finas lonchas para ser consumidas a ratos, en cualquier momento del día. Sí, estos chicos hacen jamón. El periodista Manuel Alcántara dice que el jamón es el mejor amigo del hombre. Los restaurantes de alta cocina sirven jamón, pero también cualquier bar de extrarradio. El jamón puede estar en el desayuno, en la comida, en la merienda, en la cena... Puede estar en un bocadillo o en un plato lleno de florituras. Se puede acompañar con Coca Cola o con un vino de reserva.
Hablar sobre cine tiene su gracia. De hecho, tiene mucha gracia. |
Retomando el principio, ¿por qué hay críticos de cine? Pues... quizá porque hay cine. Estamos destinados al análisis de todo lo que nos rodea, esté más contrastado o no. Aunque no puedan evitar las subjetividades y los discursos intensos, es preferible canalizarlos mediante el humor y la espontaneidad de 'Todopoderosos', Siskel y Ebert, o Carlos Pumares que tender a la pedantería. Por último... ¿quién sabe si habrá algún cineasta frustrado entre tanto comentarista? Los que ya son cineastas también se frustran en cuanto empiezan a buscar financiación para su próxima película. Pase lo que pase, siempre podremos disfrutar viendo grandes películas o hablando de ellas, con un buen plato de jamón al lado.
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